Por Culinaria Mente
La pechuga de pollo rellena de jamón y queso es una receta clásica y versátil, ideal para cenas rápidas, reuniones familiares o cuando deseas un plato especial sin complicaciones.
¿Cómo preparar pechuga rellena?
Puedes adaptarla agregando hierbas o cambiando el tipo de queso para darle tu toque personal, la clave está en sellar bien el relleno y asegurarte de cocinar las pechugas de manera uniforme.
Información nutricional
Cada ración de pechuga de pollo rellena de jamón y queso contiene aproximadamente 320 kcal, 2 g de carbohidratos, 16 g de grasas, 40 g de proteínas, 1 g de fibra, 1 g de azúcares, 90 mg de colesterol y 600 mg de sodio.
Receta de pechuga de pollo rellena
Preparación: 20 minutos
Cocción: 30 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes
- 4 pechugas de pollo grandes
- 4 lonchas de jamón
- 4 lonchas de queso mozzarella
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 taza de pan rallado
- 1 huevo batido
- Sal
- Pimienta
Preparación
- Lava las pechugas de pollo y con un cuchillo afilado, realiza un corte a lo largo sin atravesarlas para abrirlas en forma de «libro», salpimienta ambos lados y en el interior coloca una loncha de jamón, seguida de una loncha de queso, cierralas con cuidado utilizando mondadientes de madera para mantener el relleno en su lugar.
- Si prefieres una textura más crujiente, antes de dorar las pechugas, puedes pasarlas por huevo batido y luego por pan rallado para un empanizado ligero. En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio, coloca las pechugas rellenas y dóralas durante 2 a 3 minutos por cada lado, sellando la carne.
- Transfiere las pechugas a una bandeja y hornea a 180°C durante unos 20 a 25 minutos o hasta que el pollo esté completamente cocido, verificándo si es posible que la temperatura interna alcance los 75°C. Retirar y reposar unos minutos antes de servir para que los jugos del pollo se distribuyan de manera uniforme.
Historia y origen
Este plato tiene sus raíces en la cocina española, inspirado en recetas clásicas como el cordon bleu francés, pero con un toque más casero y accesible.
¿Sabías qué?
El pollo es una excelente fuente de proteínas magras, esenciales para la reparación muscular y la energí, el jamón aporta minerales como hierro y zinc, mientras que el queso es rico en calcio, vital para mantener huesos fuertes.